“Debés tener mucha fuerza, no me gustaría pelearme con vos”, cuenta Milagros Tatiana Reyes que le responden cuando comenta qué deporte hace. “Mili” tiene 13 años practica levantamiento olímpico de pesas o halterofilia. Es cierto que es mejor no hacerla enojar al punto de que tenga que defenderse. Ese es un tema. Pero hay otros aspectos, no tan banales, que se desarrollan en la pesista. Claro está, siempre a cargo de entrenadores especializados. “Desarrolla la fuerza, potencia, velocidad, resistencia, coordinación, equilibrio, flexibilidad y agilidad”, confeccionó una lista Estela Durán. Junto a su marido, Hugo Nediani, entrenan a pesistas de diferentes edades en la academia “Hugo´s Team”. “Mili” está entre ellos. Si bien la halterofilia tiene una dilatada presencia en la historia, no es una actividad masiva. Los tabúes y algunos mitos sobre trastornos físicos que puede producir su práctica o que es un deporte masculino y no apto para mujeres, atentan contra él.

“Gracias a la ganancia de fuerza, los tejidos son más resistentes y tienen menor riesgo de lesión en comparación con otras disciplinas deportivas”, contó Durán citando una investigación de Brian Hamill de 1994. Datos certeros como esos hacen que la tarea de incentivación sea más fácil para los profesores. El levantamiento de pesas como deporte en edad temprana no es muy tenido en cuenta. “Es difícil encontrar a chicos que quieran hacerlo porque hay deportes que tienen mayor publicidad”, explicó Leonardo Cano, uno de los entrenadores en el gimnasio Halterados. “Y aún persiste el mito, entre otros, de que levantar pesas interfiere con el crecimiento normal algo que aleja a la población infantil. Así que la mayoría de los niños que comienzan es porque ven a sus amigos y sus padres lo recomiendan”, indicó Cano.

También es efectivo el modo “reclutamiento” para sumar jóvenes. Tal cómo lo recordó “Mili”. “Nos pidieron realizar sentadillas con un palo de escoba. El profesor Nediani seleccionó a quienes él veía que tenían talento para este deporte. Nunca hubiese pensado que me iba a gustar tanto”, reconoció Reyes sobre la captación de la que formó parte en la escuela Paul Groussac.

Percibe un crecimiento y más compromiso de los jóvenes

Para Mariano Calabró el levantamiento olímpico de pesas creció en la provincia. “Desde que yo empecé, hace seis años, ganó mucha difusión”, afirmó el pesista. Mucho tuvo que ver él y sus rendimientos que lo llevaron a formar parte de los equipos nacionales. Por ejemplo, las medallas de bronce en el “Sudamericano e Iberoamericano de Colombia 2019” o los tres récords nacionales que marcó en la única competencia que se hizo en 2020, son algunos de los logros que permiten una representación tucumana constante en la selección argentina. “Estoy preseleccionado para el Panamericano que se hará en República Dominicana a mediados de abril. No estoy confirmado como titular, todavía, así que ese es el objetivo a corto plazo”, detalló.

Calabró es optimista con respecto al futuro del deporte. “Veo que hay chicos con proyección nacional que se están tomando muy en serio el deporte”, opinó. Todo vale para que la población de pesistas crezca, aunque también desearía que los motivos por los que los practicantes se acercan sean por el mismo levantamiento de pesas. “En mi caso, lo empecé a hacer como deporte secundario del rugby. Fue bastante improvisado, no estaba planeado. También muchos llegan porque hacen crossfit, ellos también lo practican de manera secundaria. Ese nexo creo que hay que fortalecer para que el deporte siga creciendo”, analizó Calabró.

Experiencia y medallas en modo virtual

Los dos tuvieron sus primeros torneos de manera virtual. La experiencia, para Lautaro Ávalos e Ismael Ovejero, fue el premio común que se llevaron. Ávalos, de 15 años, pudo colgarse dos medallas. El pesista en su categoría de base obtuvo la medalla de bronce en la Copa Panamericana, mientras que en Sub-17, también quedó tercero en el Open de Colombia; ambas conquistas en la modalidad envión (permite una interrupción del movimiento cuando la barra está a la altura de los hombros) hasta 67 kilos de peso corporal. “Hace ocho años que practico. Cuando cuento que hago este deporte se asombran mucho porque piensan que es peligroso o que te puede dejar petiso, pero yo les explico que es puro mito”, comentó Ávalos que llegó a levantar 85 kilos. El pesista, hasta la suspensión de los Juegos Olímpicos de la Juventud Dakar 2022, había sido convocado a las concentraciones que el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo organizaba en el Cenard con los atletas que podrían haber formado la delegación.

Por el lado de Ovejero, compañero de Ávalos en “Hugo´s Team” donde también son asesorados por el médico deportólogo Manuel Víscido Parajón, no quedó conforme con su cuarto puesto en el Sudamericano e Iberoamericano. “No pude dar mi 100 por ciento, pero sumé más conocimiento”, fue optimista Ovejero de 19 años que compite en hasta 81 kilos y que en arranque (se levanta la barra sin interrupción) llegó a levantar 121 kilos y en envión, 150.

“No es un deporte que llame la atención a simple vista. Pero si lo comienzan a practicar, seguro les gustará”, opinó Ovejero.

Entre prejuicios, miedos y resultados alentadores

Nicasia Grassino es sincera. “Hay como cierto prejuicio una mala idea de que es un deporte muy masculino. Que tarde o temprano vas a tener un cuerpo muy extravagante o exuberante”, explicó la joven de 24 años. Habla con conocimiento luego de dos años de hacer levantamiento de pesas.

“Es un cuerpo muy trabajado y cambia. Tenía algún miedo y no me sentí muy cómoda en alguna instancia”, reconoció. Pero... “Al final me encanta porque es algo que refleja todo el entrenamiento. Significa que estoy entrenándome muy fuerte y que los resultados son cada vez mejores. Eso te da mucha satisfacción y dejás de lado esas ideas y empezás a tener metas deportivas”, afirmó la ex karateca.

Grassino se hizo pesista, precisamente, por el arte marcial. Buscó beneficios físicos para el karate vía entrenamiento con sobrecarga, pero se sintió cómoda desarrollando fuerza, más que tirando patadas. “Lo practico como hobby, nunca pensé dedicarme profesionalmente. Yo estudio profesorado de danzas contemporáneas”, reveló Grassino. La dama sostiene que la reacción cuando cuenta que es pesista, genera tanta sorpresa como cuando comenta qué estudia. “Me dicen que no tienen mucho que ver. Que si no me perjudica. Y la verdad que no: pienso que las pesas son un gran complemento para el bailarín, muy potenciador. Encontré un equilibrio entre ambas”, reconoció. Y agregó: “está bueno encontrar nuevos caminos. Me llevaron a pensar porqué no combinar el entrenamiento de fuerza con la danza; sería algo muy novedoso”.